lunes, 14 de febrero de 2011

Un forro polar para los coj..., sí, para los coj...


Dicen los meteorólogos que, tras unos días que parecían demasiado primaverales, vuelve el frío propio de esta estación. ¿Quién no ha escuchado alguna vez la expresión “hace un frío de cojones”? Bien, pues ahora hasta esa zona tan sensible de la anatomía masculina podrá contar con su propia bufanda, guante o calcetín, lo que usted prefiera. Exacto, como lo oye, algo así como un forro polar para el paquete. La idea la comercializa una empresa norteamericana y está pensada para todos aquellos que practican deporte al aire libre durante el crudo invierno. ¿Estará disponible esta nueva “prenda” que nos brinda la moda en distintas tallas o mejor no hablar de tamaños? ¿Qué considerarán tamaño estándar? ¡¡Qué mundo este!!


Curioso artilugio que descubrimos gracias a la columna de David Arango en “La Voz de Asturias”, porque nunca está demás el sentido del humor y porque, en los tiempos que corren, se agradece que, de cuando en cuando, el periódico te haga sonreír.

sábado, 12 de febrero de 2011

Que dicen que es sexy, oiga....

Ayer leía en el periódico un titular que quizá os cueste creer: "Belén Esteban, entre las 100 mujeres más sexys del mundo". Inquietante. Por lo visto se trata de una lista confeccionada por la revista masculina FHM, vaya usted a saber con qué criterio. No sé qué me preocupa más, si la lista en sí o el hecho de que tal "noticia" ocupe espacio en la prensa diaria.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Becarios y precarios hasta los 40

Uno se pregunta cómo ser joven y no “morir” –de hambre- en el intento; puede que esa frase recuerde al título de una película pero, por desgracia, no lo es… aunque, estaríamos ante un dramón con mayúsculas. Vivimos una época peculiar en la que, de nuevo, se buscan trabajos bien remunerados en Alemania o en Disneyland París. Amigos, parece que toca emigrar. No me preocupa jubilarme a los 67 o a los 65. Me inquieta lo que pueda sucederme ahora, el hoy, porque de ello dependerá el mañana, ese futuro que a todos nos gusta imaginar. Lamentablemente, los contratos precarios no son compatibles con la planificación ni con el desarrollo una vida realmente adulta e independiente. Se nos dijo que la formación nos abriría muchas puertas (las del Servicio de Empleo quizá sí…). Pues bien, nos hemos formado, casi hasta llegar a coleccionar títulos, hablamos idiomas y algunos hasta han recorrido buena parte del mundo para conocer otras culturas y bla bla bla. El caso es que, ahora, no nos dejan demostrar qué podemos hacer con todo ese “saber” acumulado y, cuando nos permiten trabajar, o no nos dan de alta en la Seguridad Social o nos vemos obligados a asumir que seremos becarios hasta cumplir los cuarenta. ¡Bien! Así, con un poco de suerte, cuando tenga 73 podré optar a un crédito para comprarme un piso. La generación ni-ni dicen… y una mierda. Así las cosas no es extraño que uno piense si es posible, de verdad, cambiar las cosas. Todo se andará.