martes, 1 de noviembre de 2011

Sin programa y a lo loco

Uno, que de política sabe lo justo (y, que estando las cosas como están, cada día cree hallarse más perdido que el anterior), ha descubierto que, además, es un ingenuo. Tanto como para pensar que los programas electorales deberían presentar planteamientos sólidos, estar bien construidos o, cuanto menos, meditados.Sean del color que sean, independientemente de las siglas que los adornen. Al fin y al cabo, se supone que los "competentes" equipos de especialistas que acompañan a nuestros políticos (bueno, quizá sólo a los de las grandes formaciones), han tenido casi cuatro años para elaborarlos, para evaluar distintas situaciones y ganar así la confianza de los ciudadanos basándose en propuestas claras y coherentes. Si embargo, echando un vistazo a los periódicos, es difícil que no surjan las dudas: ¿los programas electorales importan o es suficiente con una buena y eficaz campaña de marketing? Ay, que se me esfuman las ganas de votar...