miércoles, 31 de julio de 2013

Un presidente, una avestruz

Nunca, en ningún caso, cerrar los ojos ante lo que está ocurriendo ha servido para nada; si ha de llegar algún golpe, llegará igualmente, con la única diferencia de que no lo veremos venir. Tampoco resulta útil esperar, sentado o en la cama, a que pase la tormenta, porque mientras uno permanece bajo techo también es posible ir haciendo cosas, no al aire libre, pero cosas al fin y al cabo. Sin embargo, esa parece ser la táctica más empleada por el que, a día de hoy, sigue siendo presidente del Gobierno. Cierto es que este método, el del avestruz que esconde la cabeza bajo tierra, sí le ha funcionado a Mariano en otras ocasiones. Supo esperar, y ahí está, en La Moncloa. Sin embargo, un presidente, da igual el gobierno o el país, debería transmitir empuje, determinación, en definitiva, una cierta iniciativa. ¿Qué transmitirá mañana Rajoy en el Senado? Hagan sus apuestas.

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