domingo, 17 de octubre de 2010

Cuando papá y mamá ya no lo saben todo

No sé exactamente cuándo me ocurrió, pero llega un momento en el que todo niño descubre que sus padres no lo saben todo, un minuto en el que la magia infantil se esfuma porque uno cae en la cuenta de que no vive, como en los tebeos, con un héroe o una heroína capaz de solucionar cada problema que aparezca en su camino. A partir de ese día ya no pueden (ni deben) protegerte de todo En ese instante, dejan de ser los creadores de tu mundo para convertirse “sólo” en un hombre y una mujer que, en consecuencia, se pueden equivocar tantas veces como tú. Sí, es entonces cuando ya no los encuentras tan altos o cuando su mano ya no parece tan grande porque no puede cubrir la tuya por completo… Eso también forma parte de hacerse mayor, para ellos y para ti. Pero también es, en ese mes y ese año que nadie recuerda, cuando los hijos comenzamos un viaje que puede volvernos aún más gilipollas… ¿Cómo es posible? Porque muchos empezamos a olvidar que gran parte de lo que sabemos lo aprendimos de ellos y creemos que ahora somos nosotros, que tenemos pelos en la barba desde hace cuatro días, quienes podemos darles lecciones. Deberíamos tener una cosa clara: la gente mayor no es tonta, sólo tiene más años que uno. Pero ¡nos gusta demasiado dar órdenes y decir a los demás lo que han de hacer! Todo lo escrito me hace pensar que quizá, dentro de no mucho tiempo, uno mismo se convierta en el “héroe” que enseñe a vivir -si es que eso es posible- a uno de esos locos bajitos.

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